El Satélite Simón Bolívar es considerado como el
inmenso paso dado por Venezuela hacia su soberanía en telecomunicaciones. En
noviembre de 2005, la República Bolivariana de Venezuela y la República Popular
de China firmaron el contrato para la construcción de dicha herramienta
tecnológica.
Los acuerdos de este contrato abarcan la transferencia tecnológica y el soporte técnico por 15 años, más dos años de garantía. El procedimiento no consiste únicamente en la construcción de un satélite sino en el desarrollo de todo un programa que contemplaba la capacitación de personal venezolano para el manejo de la tecnología.
Así nació el Programa VENESAT-1, cuyo objetivo
estratégico está dirigido a cubrir las necesidades nacionales de información y
comunicación de los organismos gubernamentales, centros productivos,
organizaciones sociales y comunidades, mediante el desarrollo de una red
satelital con fines sociales, apuntando hacia la soberanía e independencia
tecnológica.
Este proyecto cumple con tres fases o etapas, la
primera se cumplió del 2003 al 2008 e incluyó la formación del personal,
planificación, construcción y lanzamiento del satélite; la segunda abarcó del
2008 al 2013 y tiene que ver con la operatividad, conectividad, ajustes e
industrialización; y la tercera que involucra la operatividad y ampliación de
servicio y va desde el 2013 hasta el 2018.
La construcción del Satélite Venesat-1 requirió
la formación de talento humano en tecnología espacial, como parte del convenio
suscrito con la República Popular China. Se incorporaron 90 profesionales y
técnicos venezolanos distribuidos de la siguiente manera: 30 profesionales
universitarios que alcanzaron el doctorado en diversas áreas espaciales
vinculadas a la fabricación de plataformas satelitales y 60 profesionales y
técnicos en control de órbita y manejo de tráfico.
La Estación Terrena de Control Principal está ubicada actualmente en la Base Aérea “Capitán Manuel Ríos” en El Sombrero, estado Guárico y la Estación de Respaldo en el Fuerte Manikuyá, Luepa, estado Bolívar.
Fue así como de manera exitosa se puso en órbita
el miércoles 29 de octubre del año 2008, el satélite Simón Bolívar, Venesat-1 a
las 12: 24 del mediodía, hora venezolana, desde Xichang, República Popular
China.
Mediante imágenes reales de los datos que emitía
el cohete se pudo apreciar, por medio de las pantallas de la televisión
venezolana y continental, la trayectoria del precursor venezolano en el
espacio. La operación fue transmitida en todo el territorio nacional en labor
conjunta con el Sistema Nacional de Medios Públicos.
La inversión fue de 406 millones de dólares. Está
basado en la plataforma DFH-4, que es la más moderna de China y Porta 12
transpondedores de banda G (IEEE C) y 14 de banda J (IEEE Ku). Asimismo, posee
transmisores de gran potencia y un sistema de transmisión directa (DBS o Direct
Broadcasting System), que permiten que la información sea recibida sin
necesidad de una estación de retransmisión terrestre, lo que permite recibir
las señales con antenas de 45 cms. de diámetro.
Su sistema mediano cuenta con una carga útil de
28 transponedores, pesa aproximadamente 5.100 kg, mide 3,6 mts de altura, 2,6
en su lado superior y 2,1 mts en su lado inferior. Los brazos o paneles solares
miden 31 mts, cada uno de 15,5 mts de largo, gira en una órbita a una altura de
35.786,04 kms. aproximadamente de la tierra.
A casi cuatro años de estar en órbita, es fácil
constatar el uso pacífico del espacio y el incremento de los niveles de
conciencia sobre la importancia de la apropiación tecnológica y el desarrollo
autónomo de las investigaciones en materia aeroespacial, que es justamente el
objetivo principal del Proyecto Satelital Simón Bolívar.
El Satélite es una valiosa herramienta para hacer de los sistemas de comunicación, factores determinantes para el bienestar social y está contribuyendo de manera significativa a la democratización del uso y acceso a las Tecnologías de Información y Comunicación, así como en materia de Teleeducación, Telemedicina y Telecomunicaciones.
Es considerada una plataforma que está integrada a la Red Nacional de Telecomunicaciones Terrestres de la CANTV, y en ese sentido, soporta una cantidad de servicios que coadyuvan con el desarrollo de otros programas en el sector económico, social, salud, cultural y más allá de las fronteras.
En Teleeducación permite que la educación se desarrolle hasta las regiones más remotas a través del uso de la tecnología para enviar paquetes digitales de programas educativos; en
Telemedicina se puede contar con el envío y recepción de radiografías, ultrasonidos, resonancias magnéticas y mamografías, de personas que se encuentran muy lejanas de los centros primarios de atención en salud. Garantiza el tratamiento de la población de forma inmediata.
Por otra parte se han podido apreciar mejoras en
los servicios de telefonía, fax e Internet en las poblaciones lejanas y
desasistidas y existe mayor cobertura de la movilización de tráfico de
telecomunicaciones digitales.
De igual manera ha mejorado la conexión a
internet en los Infocentros, centros parroquiales de comunicación y Cebit,
existiendo también una óptima transmisión de información y comunicación de los
organismos públicos gubernamentales, centros productivos, organizaciones
sociales y comunidades.
Con el satélite se pudo implantar el Sistema de
Información Nacional Público de Salud para la Inclusión Social, SINAPSIS, en 17
localidades remotas del Delta del Orinoco, Amazonas y Bolívar.
La Fuerza Armada Nacional Bolivariana, gracias al
Satélite Simón Bolívar cuenta con 14 radares interconectados, 127 Bases de
Protección Fronteriza y 7 Unidades Tácticas de Defensa.
Pero sus beneficios van mucho más allá; en
materia política nos permite tener el control pleno y soberano de una
plataforma satelital sin interceptaciones de nuestros contenidos informativos.
Lo que garantiza la utilización soberana del espectro electromagnético y las
órbitas terrestres.
El Satélite Simón Bolívar también presta
servicios de telecomunicaciones que permiten la conectividad a otros países
latinoamericanos. Y potencian las acciones integracionistas, unionistas dentro
de este mundo multipolar y especialmente con la mirada puesta hacia el sur.
El satélite eleva nuestro tricolor hasta lo más
alto, es la fortaleza y la independencia tecnológica del país.
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